¿Incertidumbre? ¿Miedo? ¿Alerta? ¿Mejor me quedo en casa? ¿Y tú, cómo estás viviendo esta emoción? Incertidumbre, miedo, alerta… ¿cómo está afectando en tu mundo interior y en tu día a día? Por no hablar de cansancio psicológico, insomnio… alguien me dice: “estoy con el ánimo por los suelos”.
Si hay quienes, en cuando se permitieron las salidas por horarios, lo celebraron y salieron a las calles disfrutando, por fin, de un paseo, de la brisa suave, del “contacto” visual con otras personas, en la cierta distancia, acogiendo la caricia del sol y el caminar, o correr, o tal vez en bici… rápido, lento… generando agujetas o pasear por el placer de pasear; pero hay otras personas que encontraron más reparos, y no se decidieron. Tras casi cincuenta días sin salir de casa, y en medio de una situación tan complicada como la crisis del coronavirus, no está siendo tan fácil para todas las personas, la tan esperada salida.
Me preocupa. Y puedo ayudarte. No sólo el virus del Covid19, sino esos otros virus de emociones no reguladas que pueden conducirnos a una vida disfuncional. Ahora, y después.
A través de este Programa Especial Confinamiento y Desescaladada. Click AQUÍ
En las noticias se empieza a hablar del «síndrome de la cabaña», sería la vivencia de que tras pasar confinados tantos días, las personas sienten miedo por volver a salir a la calle. Es verdad que no se trata de una patología, pero puede ser disfuncional, y emocionalmente, muy desagradable, incluso perjudicial.
El estar pendiente minuto a minuto de cada información, el haber incluso sufrido emocionalmente el impacto de las fake news, también tener noticias de familiares, amig@s o personas que han pasado la enfermedad o incluso haber estado en cuarentena al convivir en casa con alguna persona con Covid… todo ello puede influirnos en nuestro estado emocional, y entrar en estado de alerta, incertidumbre, miedo e incluso pánico, que se puede traducir en nerviosismo, insomnio, ansiedad, estrés.
La crisis del Covid19 es un estresor en sí mismo. Y es normal que de una forma u otra nos alcance. Si no el virus, sí el estado emocional. Pero es posible hacer una buena gestión interna para relacionarnos bien con la situación y que no se deriven consecuencias insanas para nuestra vida (a nivel de emociones, relaciones, vida profesional…)
Para ello, hay que aprender a cuidar los pensamientos que nos enredan en nuestra mente, ese dar vueltas y vueltas a lo que nos cuentan, escuchamos y que nos lleva a mayor preocupación. En nuestra vida y en este momento no todo es negro. Eso sí, es necesario ponernos las gafas de la objetividad, para no caer en ese pozo sin fondo, tan oscuro. Y recordar que al final del túnel, hay luz.
Y empezamos a salir. Poco a poco. Paso a paso.
Pero todo es diferente. Salgo a pasear. Bajo las escaleras en lugar de coger el ascensor. Mi cuerpo, lo agradece. Foco también, en el beneficio.
Y me encuentro con la personas que pasean, o corren, o van a comprar. Y eso sí, con mascarilla, guantes, y… distancia social.
Algo ha cambiado. Dentro, y fuera. Y tendremos que gestionarlo, par que no “nos robe la vida”. Incluso, para renacer, a una nueva vida, mucho mejor que la de antes. Paso a paso.
Y escucho, hablar del miedo. El miedo es una de las emociones que me llegan ahora, aún más, a través de las personas que acompaño en procesos: miedo a acompañar a un familiar al hospital, miedo a qué pasará en mi empresa, miedo del autónomo, si habrá de cesar la actividad, miedo de madres y padres con hijos/as adolescentes, a que vayan a ser imprudentes cuando puedan volver a juntarse con amigos, miedo de tantos niños y niñas que tienen miedo a salir a la calle -lo vimos en las noticias- porque “en la calle está el coronavirus”… me resuena aquello que yo escuchaba de pequeña: “que viene el coco”. Y también ocurre en personas adultas. Lo que antes apuntaba: el “síndrome de la cabaña”.
El confinamiento, a nivel psicológico, no es fácil y tampoco saludable. Acostumbrarnos a estar aislados, de alguna forma, afecta. Perder la forma de relacionarnos como antes, también. Y ahora, es así. La “distancia social” que por el momento hay que guardar, nos cuesta. Nosotr@s, tan acostumbrad@s a los abrazos, y besos, y palmada en la espalda… Ahora, parece que en la cercanía y el contacto está el peligro y para ello, en casa “estamos a salvo”.
El miedo puede ser nuestro aliado, ¿cómo? ayudándonos a seguir el protocolo para ir volviendo progresivamente a la normalidad: Guantes, mascarillas, horarios de salida, e ir encontrándonos fase a fase con nuestras personas queridas, a quienes desde hace 50 días estamos viendo sólo por pantalla… Desde la prudencia podemos ir disminuyendo la sensación de amenaza y peligro, volviendo sanamente al reencuentro con la vida, también “fuera” de nuestros hogares como lugares de confinamiento y seguridad.
Si nos damos cuenta de que nuestro miedo ya no es adaptativo, es decir, nos impide salir a comprar, o a dar ese paseo permitido, incluso llegamos a tener síntomas como insomnio, sudoración, taquicardia etc… es momento de pedir ayuda. También, si tu mente te hace entrar en bucle, y tu mundo se llena de fantasmas que en nada te ayudan a ir, paso a paso, a recuperar esa nueva vida que tanto deseamos.
El jueves 7 de mayo, comenzamos un Programa Especial Confinamiento y Desescalada para ayudarte emocionalmente en este proceso, a través de Mindfulness. Serán 2 meses acompañándote de una forma amable, aprendiendo unas claves con las que puedas manejar estrés y recuperar equilibrio y bienestar, para atravesar el ahora, y el “después”. Porque… ¿quién dice que este tiempo no viene cargado de aprendizajes y nuevos retos?
Información completa: Click AQUI
PROGRAMA MINDFULNESS ESPECIAL CONFINAMIENTO Y DESESCALADA
(En directo, por Videoconferencia)
Estamos con últimas inscripciones. Por ello, te invito a aprovechar esta oportunidad.
Para hacer tu inscripción en el Programa: llamadas o wassap al (+34) 600 96 96 31.
También puedes escribir a nieves@coachingparaelegir.com
Si sientes que necesitas ayuda profesional, y prefieres a nivel personal, me dices y cogemos cita. De una u otra forma, estaré encantada de ayudarte.
Mis mejores deseos para ti.
En este paso a paso. De forma diferente, y probablemente, hacia una mejor forma de vivir.
Estoy a tu disposición.
Tu siempre amiga,
Nieves