Estoy de vacaciones. Sí, ¡vacaciones! Descanso, ocio, naturaleza, montaña y mar, paseos a la luz de la luna, pareja, acogida de una niña refugiada en nuestro hogar… ¡y soy autónoma!
Y me nace del alma, llevo días pensándolo mientras descanso, disfruto… deseando compartir la alegría de esta elección en mi vida. ¿por qué?
Pues muy sencillo, aunque escucho comentarios como este, con toda su razón: “la ley de autónomos es una asignatura pendiente para todos los gobiernos”. Y sí, a ese nivel, obvio…
Otras personas dicen que quienes profesionalmente estamos dentro del régimen de “autónomos” no desconectamos, no tenemos vacaciones, ni casi fines de semana…
Entonces me viene hasta una cierta pena, o el pensar que los autónomos lo somos, porque no hay más remedio…. Y entonces me surge que habrá casos y casos, yo no los conozco tod@s, ni puedo hablar por tod@s, pero sí siento que necesito contarme y contaros también otra parte de experiencia, de mi experiencia, claro…
Estaba trabajando como profesora en un colegio. Me encantaba, ¡cómo no! Desde pequeña lo había soñado. Además, tenía contrato indefinido, la nómina fija, dos extras al año, vacaciones pagadas… en fin, deseable.
Y sin embargo, en un momento de mi vida di un paso al frente, para subir un peldaño más en la escalera de lo que sentía como mi vocación, como mi misión profesional en la vida, mi forma de colaborar con este mundo, ayudar a las personas a vivir más felices desde mi pasión y mi talento y así, “ganarme la vida”. Sí, justo hoy leía que algunas personas cuando van a trabajar día a día van… a “ganarse la muerte”….
Y ese paso al frente me llevó a dedicarme como coach, terapeuta, formadora…. Y colaborar con este sistema social como… “¡autónoma”!
Y ¿cuál es mi alegría?
- Fundamentalmente, trabajo en algo que me apasiona, que he elegido, que da mucho sentido a mi vida, que me llena de ilusión y me lleva a levantarme cada día llena de energía y vitalidad.
- Decido a qué hora me levanto, (duermo más que cuando trabajaba en el colegio), y cuáles es mi horario profesional.
- Mi oficina va conmigo:Un ordenador, un móvil, una conexión a internet y… puedo dedicar mi tiempo de trabajo a escribir una news letter, un artículo de un blog, contestar un correo o preparar un curso en mi lugar de residencia, o en la sierra, frente al mar…
- Una sala sencilla y apropiada para que las personas que vienen a consulta de terapia, o sesiones de coaching o mindfulness se sientan “como en casa”, en otras ocasiones, con un skipe puedo llegar a cualquier parte del mundo y conectar personalmente, cara a cara y corazón a corazón con las personas que desean trabajar conmigo.
- Puedo decidir y decido libremente cómo será mi web, cuándo escribir en el blog, qué persona o personas colaboran conmigo, forman parte de mi equipo, y puedo vivir sin presión externa, ya que soy “mi propia jefa”…
- Para ello, elijo en mi vida dedicar tiempos a la meditación, el ejercicio, una buena alimentación, compartir tiempo de calidad con mis amigos… para lograr el equilibrio ya que, si me dejo llevar de esa gran pasión y llamada que llevo en el alma, podía hacerme esclava de mi propio trabajo…
- Hace unos días, tuve la suerte de tener unas sesiones de coaching por skipe con diferentes personas que viven en distintos lugares, tras haberme tomado una rica tostada con un humeante café, casi escuchando las olas del mar como música de fondo…
- Y fundamentalmente, siento que todo está dentro, que depende de la vivencia interna, y claro, cómo no, de cómo cada persona se organiza… Por eso, tan importante el momento de emprender, de montar tu propia empresa, de la formación que recibes para ello… soy consciente de lo fundamental que ha sido esto para mí.
- Conozco personas que siendo autónomas se pasan el día quejándose, al igual que otras que trabajan por cuenta ajena: presión, estrés, bajos sueldos, depresión…
- Para mí “autónoma” es igual a Libertad, a Misión, Pasión…
- Puedo desarrollar mi creatividad, los sueños no tienen techo…
- Rodearme de amigos que como yo, recrean cada día su camino profesional desde la alegría…
- Se dice que hemos de “convivir con la incertidumbre” y… es verdad! pero yo me pregunto, ¿hay alguien que tenga todo seguro en la vida?
He titulado esta entrada “La alegría del autónomo”, ya que parece a veces que sólo son penas, quejas y problemas..
Te dejo esta muy sencilla y sincera reflexión en voz alta, de mi vivencia y… mi alegría.
Simplemente, gracias por escucharme.
Feliz verano, de corazón
Nieves
Hola Nieves,
Soy José Luis de Vitoria. Me ha gustado este artículo tuyo. La verdad es que comparto muchos de los puntos que planteas. Por supuesto que las cosas no son “todo o nada”; pero en esta opción, que yo también he tomado, pesa más lo positivo. Y también es cierto que poco ganamos si nos pasamos el tiempo quejándonos de los aspectos que no van bien.
Muchos pensaron, cuando monté UrBerri soluciones informáticas, que era un disparate; que estaba mejor en la gran multinacional anterior, especialmente ahora con familia. Desde luego que no puedo decir cómo será el futuro. También es cierto que la actividad tiene todavía que desarrollarse y crecer más; y que dentro de algo más de un año tendré que decidir, por final de excedencia, si vuelvo a lo anterior o si me desvinculo definitivamente de ello. Ahora mismo trabajo con convicción y firmeza para conseguir no tener que volver; Y me encanta poder ofrecer servicios informáticos con un planteamiento poco convencional (al menos, en este país lo es), con el que puedo ayudar a pequeñas entidades. El futuro, Dios dirá; nunca lo podemos asegurar, como bien dices. Pero, como también comentas, esto atañe igualmente a los que trabajan desde un querer asegurar hasta lo inasegurable.
Un abrazo.
Muchas gracias Jose Luis por tu aportación, y enhorabuena por el salto que has dado para servir en lo que realmente te apasiona, confiando y apostando por ello. Un abrazo, aquí me tienes! Nieves